EL EGO

Estamos atrapados en nuestro ego. Es evidente que todo lo referimos a nuestro ego, a mí. Me pasa a mí, me duele a mí, me ofende tal comentario a mí. Debemos superar nuestro ego, salir de él. De este modo estaremos menos preocupados, menos a la defensiva. Seamos lógicos y prácticos. Esta actitud de estar constantemente refiriéndose a mí es agotadora y surgen más sospechas, recelos y hasta alucinaciones. Al ego le gusta imponer a los demás sus ideas. Necesita que todo gire a su alrededor. Sus características suelen ser el orgullo, la vanidad, los celos, la soberbia, la envidia. El ego es fuente de confusiones, problemas y conflictos. El ego causa tensiones y desavenencias en el interior y el exterior. Cuesta mucho deshacerse de la propia vanidad. Es necesario disolver las barreras que impone el ego. Intentemos liberarnos de los enredos mentales de la actitud egocéntrica y de las trampas del ego. En definitiva intentemos abrirnos. Cuando servimos a los demás encontramos nuestra esencia.