SOLTAR
La verdad es que viene bien desprenderse de todos los deseos, emociones perjudiciales, preocupaciones diarias, incluso de las tareas que consideramos apasionantes... pues a fin de cuentas todo esto es pasajero.
Soltar y relajarse. Vivimos demasiado aferrados a lo bueno y a su contrario: lo malo. Mejor dicho, lo que interpretamos subjetivamente como bueno y lo que a nuestro parecer es negativo. Conviene no darle tanta importancia a lo que nos pasa, ni mediante interpretaciones positivas, ni a través de filtros interpretativos negativos.
Nuestra implicación resulta excesiva. Estamos demasiado involucrados en planes, proyectos, intereses, temores... Diríase que hemos perdido el sentido de la justa medida. ¿Dónde está la mesura y el concepto de proporción? Vamos a ir más despacio, sin prisas inútiles. Nos hemos agarrado con firmeza a objetos, personas, hábitos o ideales, ya sean para nosotros loables o dañinos.
Hay que superar esas motivaciones que te impulsan a involucrarte demasiado en tus afanes, actividades o metas trazadas. Muchas personas llevan una vida frenética con la agenda repleta de compromisos. Por este camino nunca se conseguirá paz y felicidad. En resumen, estás muy involucrado en toda clase de asuntos mundanos.
Se necesita fuerza de voluntad y reflexión, para transformar nuestras dependencias, concepciones y puntos de vista, muchas veces fundados torpemente sobre la ignorancia, los errores, y-reconozcámoslo con humildad- malas decisiones. También debemos aprender a neutralizar eficazmente las sensaciones molestas (que, en realidad, vienen a ser reacciones impulsivas) los pensamientos derrotistas cargados de pesimismo, desazón y toda suerte de oscuridades.
Qué importante es captar las características de los pensamientos y emociones. Para ello, fíjate en lo que lees, lo que recuerdas, lo que escuchas, etc., por ahí vamos bien, ya que estamos rodeados de influencias (y más en la sociedad actual caracterizada por la sobreestimulación). De este modo, fijándote bien, conocerás -y entenderás mejor- lo que sucede en tu cuerpo y tu mente.
Así, con el tiempo, va surgiendo una conciencia muy saludable, un bienestar general, gracias a la reflexión, el análisis y la meditación continuadas. También es fundamental desarrollar la sabiduría que otorga el autoconocimiento. Si no conoces tu mente, difícilmente podrás conocer la verdad de tu vida. Ambos conocimientos discurren en paralelo.
Para conocer la realidad tal cual es (la talidad), lo que de verdad es, primero, como requisito previo, necesitamos conocer nuestra propia mente, sus rasgos, patrones, dinámicas y mecanismos de funcionamiento.
Cuando cortas las cuerdas que te mantienen atado a tus motivaciones y deseos, te relajas y por fin descansas, además de alejarte de contaminaciones mentales. Otro beneficio asociado a este saludable ejercicio de desapego es que experimentarás sosiego y también irá emergiendo paulatinamente la conciencia pura, prístina, una conciencia limpia, inmaculada, libre de contaminaciones e impresiones negativas.
Durante la meditación de hoy, inhalas, exhalas. Te concentras en la respiración . Y ahora inspiras todo cuanto hay en la naturaleza: vientos, el amplio cielo, ríos, frondosos bosques. De esta manera, introduces en tu ser el vigor , la frescura y la energía renovadora de la naturaleza.
Inhalación, Exhalación, ponemos el foco de atención en el proceso respiratorio y en sus ritmos naturales. También dirigimos la atención a las fosas nasales, y en cómo va entrando y saliendo el aire a través de ellas.
De nuevo, llevamos la atención a la respiración, inhalando, exhalando, inhalar, exhalar, lentamente. Observamos pensamientos, emociones, sensaciones, ya sean neutrales, positivas o negativas. Te centras en esa corriente de ideas, sensaciones, sentimientos, pero sin reaccionar ante ellos, no los rechazas y tampoco te alteras.
Sencillamente, reconoces impasible sus características, cómo van naciendo, aumentando su tamaño o intensidad y, al final, cesando. Eres plenamente consciente de su velocidad, de las imágenes mentales producidas por la actividad de nuestra imaginación, recuerdos, frases. escenas... Las imágenes que hay en nuestra mente sólo son experiencias mentales, ya que es la mente la que las produce. ¿Te das cuenta de eso?
Lo que sientes , todo cuanto piensas, cómo reaccionas, ante las diversas situaciones, aquello que interpretas como perjudicial o beneficioso, por mucha importancia que tú le quieras conceder, no tiene existencia física. Esos pensamientos, emociones y reacciones son experiencias mentales, son mente, nada más. Las experiencias mentales constituyen y son la mente. Por tanto, esas experiencias mentales de ningún modo son sólidas y reales, debido a su carácter subjetivo, inconsistente y pasajero. Atribuirles mucha solidez sería un error.
Presta atención a lo que sucede ahora, justo en este momento dentro de tu interior. Hay cosas que piensas y no te das cuenta de que las estás pensando; a partir de ahí y sobre esta base, no pocas veces, la mente empieza a crear cosas (pensamientos, emociones, suposiciones, actitudes...), al margen de tu consciencia.
Por el poder de la técnica de "mindfulness", por el poder de la atención plena, somos perfectamente capaces de transformar las emociones y pensamientos que pueblan nuestro espacio mental.
Este conocimiento que acabo de describir no está en los libros, ni puede estarlo. ¿Por que? Porque es algo vivo y a la vez muy poderoso.
En todo este proceso de autoconocimiento y transformación de pensamientos, emociones y estados mentales, por supuesto nos ayudará mucho la realización de acciones positivas de cuerpo, habla y mente, según las describe el budismo. También es un objetivo relevante ir creando las condiciones que propician paz y armonía en nuestra vida. Otra herramienta consiste en saber cómo pacificar nuestras emociones y pensamientos, si están agitados.
El simple hecho de practicar la autoobservación en calma y descubrir cómo se comporta la mente, que sucede en el interior de la mente, que influye en la aparición o desaparición de estados mentales tiene una gran relevancia, porque mediante la observación en actitud sosegada ya empiezan a transformarse problemas, preocupaciones y otras negatividades.
En modo alguno se trata de juzgar ni de reprimir o rechazar nada de lo que encuentres en tu mente. Más bien se trata de tomar conciencia de tu cuerpo físico y de la mente, sin realizar juicios de valor de ningún tipo.
Desde un cierto distanciamiento y sin el menor atisbo de celeridad, vamos observando todas las actividades mentales. Dejamos libres las emociones, al igual que los pensamientos. Permitimos que se manifiesten como son, de forma natural.
Observa detenidamente, pero a la vez con un grado de lejanía, sus ritmos, justo en este momento... ¿qué es lo que notas? No corriges ni emites opiniones sobre nada de lo que estás observando con tanta atención. Da rienda suelta a tu mente.
No es necesario cambiar nada, repito. Nuestra intención es otra bien distinta: estudiar pausadamente y con un recomendable distanciamiento nuestra mente. La mente carece de existencia física. Por consiguiente, es intangible, no corpórea. Se podría afirmar que es etérea y extremadamente sutil. La mente no exhibe un tamaño, tampoco color. Tan sólo contiene experiencias de tipo mental.
Con bastante frecuencia, tendemos a confundir las cosas reales con las proyecciones mentales. La técnica de la observación bien entrenada afina nuestra capacidad de discernimiento en este ámbito y nos ayuda a distinguir certeramente y a clasificar: esto sólo es mente, esto, en cambio, sí es real. No quiero ir más allá en este tema, ya que se trata de un asunto extenso y bastante profundo.
Es relativamente fácil caer en la confusión y quedarnos atascados. Cuando esto sucede, aparecen barreras y bloqueos en nuestra vida. Es preciso aprender deshacer dichos nudos, para poder seguir avanzando con desenvoltura. Cuando consigas gestionar estas dificultades, tú mismo serás capaz de hallar las respuestas que te permitirán desbloquear un asunto en particular, resolver nudos instalados desde hace tiempo y quitar las barreras que obstaculizan tu trayectoria tanto en el plano vital como espiritual.
Comentarios
Publicar un comentario