APRENDER A MEDITAR

Meditar reduce el estrés, mejora la autoestima y la concentración.

Lo importante es comenzar por dedicarle un poco de tiempo al día para coger el hábito.

Pronto empezarás a notar los beneficios.

Meditar es una forma de mejorar nuestro bienestar.

Es accesible, barato, se puede realizar en casa y no necesita nada específico para ello.

En nuestra cabeza brillan los pensamientos (coger transporte, llegar al trabajo, problemas de la oficina, compras, casa, hijos...).

Pero pocas veces elegimos realmente qué pensamos o sentimos.

Meditar es precisamente entrenar nuestro cerebro para elegir qué pensamos, en qué centramos nuestra atención y qué sentimos.

Esto tiene múltiples beneficios para nuestra salud tanto física como mental.

Hay estudios que avalan los beneficios de la meditación.

Menos estrés, reducción de la ansiedad (asociada a la preocupación), mejor memoria, mayor autoestima, mayor creatividad, más estabilidad emocional, más atención al presente, mayor capacidad de concentración.

También se sabe que la meditación ayuda a ser más empático, más generoso y sentir compasión por los demás.

La práctica constante de la meditación fortalece el sistema inmunológico y ayuda a aliviar dolores.

Empezar a meditar es una excelente idea par mejorar nuestra vida en general.

Lo primero es proponerte meditar entre 10 y 15 minutos cada día.

La idea al principio es crear hábito.

Algunos expertos recomiendan hacerlo a primera hora de la mañana pero se puede escoger cualquier otro momento.

Elige ropa cómoda como un chándal.

Usa un cojín para sentarte.

Busca un lugar tranquilo, mejor que sea silencioso, sin ajetreo.

Sería idea que fuera un lugar con naturaleza viva, pero no es requisito indispensable.

Ponte cómodo y respira.

La meditación se puede hacer tumbado o sentado.

Piernas cruzadas, espalda erguida.

Relajar las manos sobre el regazo.

Integra la meditación en tu vida.

Una vez que tengas el hábito, es el momento de dar otro paso.

Prueba a extender más el tiempo de meditación.

Muchos principiantes eligen empezar con meditaciones guiadas en Youtube o en aplicaciones de meditación, lo cual es totalmente válido.




Técnicas


1. Respiración consciente

Es la técnica básica de la meditación, los cimientos de la práctica, lo que te ayudará a avanzar y concentrarte.

Siéntate de la forma que te parezca más cómoda.

Cierra los ojos.

Y comienza a respirar de forma pausada.

Te concentras en cada una de tus respiraciones.

En cómo el aire pasa por tus pulmones, cómo el aire entra por tu nariz, pasa por tu cuerpo y sale por tu boca.

Se te cruzarán todo tipo de pensamientos sobre el trabajo, las tareas de la casa y otras preocupaciones.

Entonces debes dejar pasar esos pensamientos y volver a concentrarte en tu respiración.

Si te cuesta mucho, puedes contar las respiraciones, repetir un mantra o escuchar música relajante para ayudarte a vaciar la mente.


2. Camina de forma consciente

Es una de las técnicas más utilizadas.

Es algo sencillo, que nos ayudará a generar un hábito más rápidamente.

Es recomendable combinarla con la práctica regular de meditación sentada.

Mientras caminas puedes contar tus pasos.

Piensa en tus pasos.

Presta atención en lo que te rodea: las hojas del árbol, en el color de las señales, en las persianas de los edificios, en los adoquines.

Debes pensar exclusivamente en tus pasos y en tu entorno.


3. Relaja cada parte del cuerpo

Esta técnica puede tomar hasta 20 minutos.

Requiere que estemos tumbados en un lugar cómodo y tranquilo.

Es una de las prácticas que mayor bienestar aporta.

Empezamos concentrándonos en nuestra respiración para relajarnos.

Hay que centrarse en cada parte del cuerpo para relajarlo.

Primero centramos la atención en los pies, con sus detalles.

La idea es que el pie se sienta pesado.

Después se pasa a las piernas, los brazos, tronco, cara, etc.

Nos centramos en su peso.

Así recorremos todas las partes del cuerpo.

Notaremos que nos hemos quedado en un estado de semi-sueño.

Seguimos respirando hasta que queramos finalizar.


4. Meditación amorosa

Se recomienda para mejorar la autoestima.

Es sencilla y placentera.

Tanto sentado como tumbado.

Debemos empezar por respirar de forma consciente.

Crearemos una imagen totalmente detallada de nosotros mismos en nuestra mente: ropa, pelo, zapatillas, botones, todos los detalles.

Después mandaremos todo el amor, la positividad y la buena energía a esa figura que hemos creado.

Por último, nos lanzaremos cumplidos como haríamos con un amigo: "Eres una buena persona", "Eres inteligente", "Eres capaz...".

Cualquiera de las prácticas descritas es buena para empezar.

Se pueden combinar en diferentes días o en el mismo día, realizando una práctica más larga.

Se puede empezar por la respiración consciente para seguir después con la meditación amorosa o con la relajación de diferentes partes del cuerpo.

Sólo debes buscar a base de prueba y error la metodología que más se adapte a tí y que más te ayuda a sentirte mejor.



 

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