EN LA POSTURA DEL LOTO

 Sentado en la "gompa"

sobre un cojín

postura del loto

ojos cerrados

mi mente en calma...


Oigo ruidos en la lejanía: 

alboroto, motores de coche y camiones, 

máquinas, trajín, griterío...

Todo este fragor estrepitoso

llega a la "gompa" desde el "samsara",

pero sinceramente no les presto atención,

tampoco me molesta el estruendo,

pese a su intensidad.


Sin curiosidad vislumbro en la distancia

la fricción entre egoísmos,

la ceguera que producen los velos

de la ignorancia, la búsqueda sin cesar

de placeres fugaces, actitud que acaba agotando...

Todo eso viene del mundanal "samsara",

más no me distraen.


Aquí y ahora, 

tras un tiempo indeterminado meditando,

he alcanzado sosiego interno.

El bullicio y la confusión propia del mundo exterior

no me inquieta lo más mínimo.


No son más que sonidos -pienso-

simples vibraciones que se desplazan por el aire,

en realidad: sólo aire. Además, el ámbito samsárico

está fuera y lejos. Yo viajo en otra dirección:

hacia el interior.


En mis adentros, por el contrario,

reina el silencio profundo

y, aunque lo he buscado, 

no encuentro por ningún lado el ego...

Avanza la meditación: 

sin ego no hay engaños

ni velos conceptuales...

empiezo a ver mejor,

con una mirada limpia

y dotada de sensibilidad transparente y ampliada.


Viajo en este momento

por la región del más allá:

más allá de la ignorancia y la sabiduría,

más allá de la luz y las tinieblas,

más allá del observador y lo observado,

más allá del deseo y la aversión,

más allá del pasado y del futuro

(...)

Con lentitud

voy acercándome

al corazón radiante del ser.




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