AL ACECHO PENAS Y DISGUSTOS

Al acecho penas y tribulaciones
por unas u otras razones,
debido a causas nimias o de peso
Las emociones aflictivas
son capaces de enturbiar
mi modo de pensar.
Estoy prisionero del deseo
y cautivo en los apegos,
lo reconozco sinceramente
La ira y el odio se comportan
como peligrosas fuerzas
que, al cabo, consiguen sacarme de quicio.
Las tentaciones del demonio Mara
me circundan de forma insidiosa;
si por desgracia caigo en ellas,
seguro que sufriré perturbaciones.
Velos y engaños atenazan mi espíritu
y lo mantienen en la necedad más sombría.
Además, soy el blanco de habladurías,
injurias y calumnias contra mí,
pese a no hacer  nada para merecerlas
Tristeza, temor y pánico...
todas esas emociones me asaltan
en algunas circunstancias.
Y en cualquier momento
esta o aquella temible enfermedad
del catálogo extenso de dolencias
podría hacerme perder la salud,
pues mi cuerpo es frágil.
Inccluso podría morir, 
como he visto que le sucede
a algunas personas,
en pocos meses
o por sorpresa...




Me siento desamparado ante la tempestad desatada por las emociones dañinas, los reveses de la Fortuna y las adversidades que parecen no tener fin.

Buda Gautama fue muy sensible a esta realidad de la vida humana
y, movido por la bondad y la compasión, ofreció soluciones al sufrimiento: 

"Refúgiate en los Tres Tesoros: Buda, Dharma, Sangha.
Al cobijarte en ellos, sientes consuelo y amparo.
Pide ayuda a las seis virtudes o "paramitas" (generosidad, paciencia, etc.), siempre a tu disposición para superar los escollos de la adversidad.
Busca la verdad sin prejuicios.
Muy importante: medita con frecuencia. 
Los maestros guiarán tus pasos por caminos seguros, compartiendo contigo su experiencia y conocimientos.
La meditación te permitirá descubrir tu interior, las características de tus pensamientos y emociones.
De este modo, tu mirada se irá haciendo más limpia y las contaminaciones mentales disminuirán.
En consecuencia, se romperán las pesadas cadenas de la ignorancia. 
Reflexiona sobre el cambio y la impermanencia, factor condicionante de todas las cosas y fenómenos que hay en la naturaleza.
La sabiduría de la vacuidad te enseñará que todos los fenómenos, incluido el yo, carecen de existencia inherente.
La práctica de la meditación te aportará calma mental estable ("samatha") y visión penetrante ("vipasana").

Las distintas clases de meditación, cultivadas con tesón y perseverancia, las "paramitas", aplicadas con acierto, y la sabiduría contenida en el budismo traerán paz a tu vida, te harán descubrir la auténtica felicidad, la que perdura más allá de unos instantes, y te conducirán por el sendero de la Iluminación hasta la Liberación final."


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