EL TEMA DE LA PREOCUPACIÓN

Aprovechad la vida, valorad esta forma humana. Hemos nacido en el reino humano, tenemos un cerebro especial, que puede aprender y cultivar la sabiduría. En otros reinos de la naturaleza no es posible adquirir sabiduría.

Nosotros estamos muy influidos por pensamientos,esto nos ofusca y no nos permite ver la verdad de la vida, nos impide descubrir el camino de Gautama Buda y la iluminación. Buda poseía un alto rango de príncipe, pero abandonó el poder y la riqueza para buscar la verdad espiritual, es decir, para encontrar el camino.

¿Qué hizo Buda para iluminarse y hallar el camino adecuado?Un rey se acercó al maestro y le preguntó "Como soy rey, estoy obligado a declarar la guerra y castigar a los ciudadanos cuando cometen delitos. ¿Cómo puedo practicar el Dharma? Buda le respondió: "No castigues por tu enfado, orgullo u odio, en definitiva, por tu ego. Castiga para que no sigan cometiendo delitos y dañando a otros seres. Debes proteger a los ciudadanos.

Vencer el mal con el bien. Se puede acabar con la maldad por medio de acciones virtuosas. Buda, llamado El Despierto, alcanzó la iluminación practicando con paciencia y tesón. La ira y el odio sólo pueden acabar aplicando amor-bondad. Haciendo daño no se acaba la ira y el odio.

¿Qué camino siguió Buda hacia la iluminación?  Nosotros podemos transitar por ese mismo sendero, de acuerdo con nuestras capacidades y esfuerzos.


El deseo, el aferramiento. Si satisfacemos el deseo, éste se vuelve más caprichoso. No estamos observando el proceso interior. Nos fijamos sobre todo en el exterior. Experimentamos sensaciones desagradables dentro de nosotros. Y, rápidamente echamos la culpa al exterior: a las personas, las situaciones, los objetos... de este modo, somos comparables a una hoja arrastrada por el viento. Debemos observar nuestros pensamientos, es ahí precisamente donde empiezan las reacciones, las sensaciones.

Una persona se acercó una vez a Buda y le dijo: "mi vida está llena de sufrimientos". Cuanto más profundos sean los apegos, a nivel intelectual y emocional, más fuertes serán los sufrimientos. Hay que soltar apego. No queda más remedio. Debemos meditar para aliviar la mente. Hay muchas emociones negativas a nivel profundo. Por eso nos resulta muy difícil soltar estos aferramientos y relajarnos. Es difícil.

¿Donde están los mayores aferramientos?. En preocupaciones e inseguridades. La preocupación nos absorbe; sólo somos capaces de pensar en lo que nos preocupa. Donde se halla el aferramiento, ahi esta el apego. Si estos aferramientos y apegos disminuyen, se reducen también las preocupaciones y tensiones.

La causa de las preocupaciones, ¿De donde vienen?. Mi deseo es cambiar las cosas, las situaciones. No puedo hacerlo. Y, como resultado, me preocupo. Hemos de buscar una solución al problema de las preocupaciones. Hay que convencer al niño de que la serpiente de juguete no es de verdad sino de plástico. Convencerlo para que deje de tener miedo de la serpiente. En realidad, sólo es un muñeco. 

Pensar en la vacuidad nos ayuda. Y también nos ayuda hacernos esta pregunta: ¿Que nos produce apego? La naturaleza de la impermanencia (entendida como cambio). La transitoriedad, las cosas son ilusorias... pensar en esto y tenerlo en cuenta alivia las preocupaciones, las hace más ligeras, sin duda. La preocupación te está torturando. Nos perturba más la preocupación misma que, por ejemplo, la persona que nos está molestando y da lugar a nuestras preocupaciones.

Responder con bondad o una mente positiva ante las adversidades. Aceptar que la vida es así. Hay problemas, conflictos con otras personas. No me sucede sólo a mí. Además, aparecen actitudes infantiles, la inmadurez. No es que vayan contra mí. Es más bien inmadurez por parte de otros, en su relación conmigo.

Por otro lado, la bondad generalmente trae consecuencias positivas. Se siente bien la persona bondadosa, la que elige este camino. Se siente uno contento con uno mismo, si es bondadoso. La práctica de la paciencia, de la bondad nos permitirá gestionar la situación adecuadamente.

¿Cómo soltar el peso de nuestro aferramiento? Si sueltas, la carga se aligera, te libras de preocupaciones y tensiones. Además, aceptas la realidad. En no pocas ocasiones, sin darnos cuenta, estamos complicando las cosas. Concebimos la idea de cambiar a alguien o incluso cambiar la vida. Pensar así, de un modo tan erróneo, conduce inevitablemente a la preocupación. Aceptemos las cosas tal como son. La vida es lo que ocurre. No puedo controlar todas las situaciones. Las situaciones no dependen de nosotros a veces.

Buda ha transmitido el camino. A tí te corresponde ser la lámpara de tí mismo. Tu propia antorcha. Cuando has interiorizado el Dharma, esa es la luz. Estás convencido de que es útil y beneficioso.

¿Qué pasa en la mente cuando estoy preocupado? A causa de las preocupaciones y el nerviosismo, puedes cometer errores. Te pueden engañar, porque tal vez estás desesperado o angustiado. Ante esto, nos conviene unirnos con la vida, con la realidad y las situaciones difíciles, las que nos causan preocupación, ya que forman parte inseparable y consustancial de la vida. La preocupación no va a cambiar las cosas. Entonces, ¿de qué sirve?. De  nada. Eso te calma.

Acumular acciones meritorias. Ayudar directa o indirectamente a los seres. En vez de maltratar, tratar bien a otros. He podido ayudar, salvar, proteger a otras personas. Si no he podido, me faltan méritos.

La filosofía del Dharma está muy relacionada con la vida tal como es y con el funcionamiento de la vida. Aceptemos la realidad como es. Todos estamos bajo las interdependencias interiores y exteriores.

Puedo aprender con las cosas positivas y negativas. Sí, las experiencias negativas también nos ofrecen lecciones. Puede llegar a ser una persona más estable, más madura, gracias a las adversidades. "Todo es fatal", "¡Cuantos problemas!" No nos sirve de nada pensar así.

No hay enfado sin motivo. ¿Cuál es el motivo? Nos gusta llorar, quejarnos, realizar interpretaciones con actitud negativa o suspicaz. "Me disgusta lo que hace él", "Me voy a enfadar". En cierto modo, queremos enojarnos. Hay cierta predisposición, antes de que aparezca el enojo. la preocupación y el enfado no vienen por sí solos. Proceden del plano intelectual. Allí es donde se forjan.

Vienen de pensamientos de ego, ambición, orgullo, etc. También por interpretaciones. ¿Podemos cambiar y mejorar?. Sí, podemos aprender y mejorar la forma de reaccionar. La verdad es que normalmente no reflexionamos ni analizamos nuestras reacciones. Carecemos de este hábito. te preocupas y punto. pero no vemos el proceso, ni somos conscientes de cómo se va gestando la preocupación.

Hay cosas que no dependen de nosotros. ¿Por qué deberíamos preocuparnos? Existen muchas maneras de ser feliz. Si no puedo ser feliz ahora, tal vez podre serlo más adelante. ¿Pierdes un reloj de oro y otro de plata?. Estabas más aferrado al de oro. Lo pierdes y te duele más, claro. Este dolor depende del apego, del aferramiento y de las valoraciones personales.


Los enfados, los recelos, las preocupaciones se van amontonando, agrían nuestro carácter, nos amargamos y, al cabo, surge el mal genio. Hay quien llega al extremo de perder su trabajo por los ataques de cólera. Tengo que trabajar un poco la paciencia así como el autocontrol. Por mi propio bienestar y salud emocional. Estaré más tranquilo. En caso de que se origine el enfado o la preocupación no serán tan profundos.

Practica las respiraciones o el ejercicio físico. Cuando tenemos preocupaciones, nos concentramos mucho en ellas. Todo el tiempo estamos dándole vueltas y más vueltas a lo que nos preocupa. Como si realmente fuéramos a resolver el problemas sólo por pensar una y otra vez en él. Todo esto es ignorancia. Nunca hemos observado con detenimiento la preocupación, nos hemos dejado llevar por impulsos normalmente.

Vamos a descubrir muchas cosas si queremos conocernos a nosotros mismos y a la vida. Las reacciones de la mente nos pueden perjudicar a nosotros mismo. Debemos deshacer los nudos ocasionados por los pensamientos. La ignorancia. Hay varios tipos de ignorancia.

El tema de la preocupación. Buda era como nosotros y por eso experimentó desazón, recelo, preocupaciones, decepciones, confusión, enfado... Practicó la "bodichita (espíritu de despertar)" y sintió un gran amor por la Humanidad aquejada por males y sufrimientos como la enfermedad, la vejez y la muerte.

¿Cuál es la causa de las emociones aflictivas? Reflexionemos sobre esta cuestión. Es preciso pacificar los pensamientos ilusorios. Una vez pacificados los pensamientos ilusorios, surge entonces la mente luminosa, la naturaleza búdica. El nirvana es la naturaleza última de nuestra mente, es como el Sol, sin manchas.

Donde está el aferramiento están las preocupaciones? Van de la mano. Aferramiento fuerte, preocupación fuerte. Aferramiento débil, preocupación débil. El aferramiento tiene que ver con el ego. YO me preocupo por MI imagen, MI prestigio, MI cuerpo, MIS posesiones. El enfado también está muy relacionado con el ego.

Recordad que el camino de la bondad llevó a Buda hacia la iluminación. Esa misma bondad acaba con la maldad. Hablando de la experiencia de la preocupación, esta no nos deja pensar en otras cosas, nos impide disfrutar, y analicemos las preocupaciones, en sus diversos aspectos y manifestaciones.

Todas esas preocupaciones que nos causan congoja y nos molestan no son sino engaños, pura falsedad. Los quebraderos de cabeza no sirven para nada. Esas preocupaciones vienen de unas ideas que no tienen base real. Es preciso reflexionar con calma acerca de esto. La preocupación, sobre todo si es excesiva, constituye una fuente de infelicidad y ansiedad. La preocupación intensa u obsesiva puede llegar a ser una tortura. No sirve para mejorar nada ni resuelve nada. Únicamente me estoy torturando. Preocuparse no aporta ninguna solución. Tampoco arroja luz para esclarecer las dificultades. Insisto: la preocupación es enteramente inútil. Es aconsejable pensar de forma minuciosa y profunda al respecto.

La desazón roba el sosiego. La preocupación no contribuye a salvar obstáculos y contratiempos. De hecho, la preocupación puede hacernos ver una situación más complicada de lo que realmente es. Al desprenderse del apego aparecen más posibilidades, vías y opciones de solución. Soltar apego abre puertas sin duda. La preocupación, en cambio, nos aleja del propósito de ser felices.

Nos obcecamos uno vemos casi ninguna opción, cuando estamos aferrados. En realidad, cuando nos preocupamos, les cierra el abanico de las opciones. Hay tantas emociones involucradas que nos ofuscamos. De este modo, olvidamos el camino, las cosas importantes.

En la filosofía budista, resulta crucial no perder de vista el camino: el entusiasmo está ahí, lo bueno está ahí, lo relevante de verdad. No en pequeñas cosas, bagatelas, futilidades o simples naderías que nos causan inquietud y preocupaciones, que además son pasajeras.

Terminamos con unas palabras que expresan nuestros buenos deseos hacia todos: 

Nos acordamos de nuestros familiares, que todo les vaya bien, deseamos que se transformen los obstáculos y cualquier escollo que se presente en nuestro caminar diario para poder ser dichosos gozar de salud en todos los sentidos.



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