LA LUZ CLARA Y LOS AFERRAMIENTOS
Los maestros nos enseñan a no sentir rechazo o atracción.
Dejad que las emociones surjan libremente.
Cualquier pensamiento que surja dejarlo pasar.
Podemos encontrar paz en nuestra mente, si renunciamos a conceptos y emociones.
La respiración debe ser suave, tranquila, sin ningún tipo de esfuerzo.
Debemos aprender paso a paso.
La conciencia no tiene ni forma ni color.
Cuando nos enfadamos, proyectamos una imagen que parece muy real pero sólo es una proyección mental.
Cualquier fenómeno psicológico déjalo pasar. Es frecuente y normal que venga y desaparezca. No pasa nada malo. En la medida en que nos aferramos a una experiencia negativa, no nos transformamos.
Nos agarramos a estas proyecciones mentales como si fuera algo objetivo.
Los maestros nos hablan de cómo transformar nuestros pensamientos. Nos enseñan a transformar nuestros pensamientos y emociones, nuestros aferramientos, mientras caminamos por la vía budista. Nos enseñana a trascender los aferramientos.
La naturaleza última de nuestra mente es la luz clara. Debemos cultivar esta naturaleza: la luz clara básica. La luz clara es la naturaleza básica, la sabiduría intrínseca de nuestra mente que existe desde el inicio.
Meditanado, aprendemos mejor. La mente está llena de ignorancia pero también contiene esta sabiduría pristina. La naturaleza última de nuestra mente está libre de todas las características dualísticas, es inexpresable, está mas alla de los conceptos, indefinible, luminosa, la sabiduría primordial, carente de manchas, no contaminada.
Todas las imágenes y sensaciones surgen de la conciencia, hay también muchas emociones positivas. En el cielo del darmakaya no hay positivo ni negativo. No podemos ver la naturaleza al desnudo de nuestra conciencia.
Cualquier emoción que surge es reflejo de esta luz clara. Cuando surge el enfado o cualquier engaño se transforma de esta manera. La flor de loto surge del lodo pero se contamina. Todos los conceptos de la mente ordinarioa son sólo ilusión. Son ilusión pero contienen la sabiduría primordial. Esta ilusión se transforma en sabiduría primordial.
Dejad que las emociones surjan libremente.
Cualquier pensamiento que surja dejarlo pasar.
Podemos encontrar paz en nuestra mente, si renunciamos a conceptos y emociones.
La respiración debe ser suave, tranquila, sin ningún tipo de esfuerzo.
Debemos aprender paso a paso.
La conciencia no tiene ni forma ni color.
Cuando nos enfadamos, proyectamos una imagen que parece muy real pero sólo es una proyección mental.
Cualquier fenómeno psicológico déjalo pasar. Es frecuente y normal que venga y desaparezca. No pasa nada malo. En la medida en que nos aferramos a una experiencia negativa, no nos transformamos.
Nos agarramos a estas proyecciones mentales como si fuera algo objetivo.
Los maestros nos hablan de cómo transformar nuestros pensamientos. Nos enseñan a transformar nuestros pensamientos y emociones, nuestros aferramientos, mientras caminamos por la vía budista. Nos enseñana a trascender los aferramientos.
La naturaleza última de nuestra mente es la luz clara. Debemos cultivar esta naturaleza: la luz clara básica. La luz clara es la naturaleza básica, la sabiduría intrínseca de nuestra mente que existe desde el inicio.
Meditanado, aprendemos mejor. La mente está llena de ignorancia pero también contiene esta sabiduría pristina. La naturaleza última de nuestra mente está libre de todas las características dualísticas, es inexpresable, está mas alla de los conceptos, indefinible, luminosa, la sabiduría primordial, carente de manchas, no contaminada.
Todas las imágenes y sensaciones surgen de la conciencia, hay también muchas emociones positivas. En el cielo del darmakaya no hay positivo ni negativo. No podemos ver la naturaleza al desnudo de nuestra conciencia.
Cualquier emoción que surge es reflejo de esta luz clara. Cuando surge el enfado o cualquier engaño se transforma de esta manera. La flor de loto surge del lodo pero se contamina. Todos los conceptos de la mente ordinarioa son sólo ilusión. Son ilusión pero contienen la sabiduría primordial. Esta ilusión se transforma en sabiduría primordial.
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