LA CONCIENCIA CLARA

Dedicamos este tiempo al cultivo de la concentración. El objetivo: pacificar nuestros pensamientos.

Dejad libres los pensamientos que surjan sin raccionar de ningún modo ante estas experiencias mentales. Nuestras ideas y emociones sólo son experiencia mental. debemos considerarlos así, estados mentales. Sin juzgarlos ni interpretarlos.

No elaborar interpretaciones. No interferir. dejar los pensamientos ir y venir. Nuestra labor es ser conscientes de esos estados, pero sin reaccionar ni interpretar. 



Estar conscientes, sencillamente, con conciencia clara. Crear ideas y emociones es sólo una función de la mente. esas ideas y emocones carecen de sustancia objetiva. descansemos en el estado natural de la mente, que es la conciencia clara. La conciencia que no hace proyecciones, no emite jucicios ni genera preocupaciones. Las preocupaciones también carecen de sustancia. Sólo son un factor mental; aparecen dentro de la mente y desaparecen dentro de la mente.

Si nos mantenemos conscientes de los procesos de nuestra mente, con el tiempo, estor procesos se calmarán por sí mismos.

Esto constituye una forma de meditación. es como descansar en la naturaleza de la mente. No hacemos juicios de valor ni opinamos, pero somos claramente conscientes de todas esas tendencias de la mente.

Lo importante es no intentar controlar. No interferir en ningún momento, sea cual sea el pensamiento que aparezca. No intentar que cese el discurso interior. cualquier emoción que surja, simplemente ignorarlo.


La concentración en la respiración. No preocuparnos por controlarlos. Ni buscar maneras de que paren. 'La respiración sale, la respiración entra', os podéis decir. Fijar la atención en la respiración. De este modo todos los pensamientos, con el paso del tiempo, cesarán por sí solos. Y los procesos mentales se irán transformando.

Cuando fijamos la atención en un punto, los demás pensamientos se desvanecen. Es muy importante recordar que no debemos hacer caso a los pensamientos. Ni preocuparse por ellos. Tampoco es aconsejable querer controlarlos. Simplemente ignorarlos.

Resulta difícil estabilizar la atención. Hemos de practicar con regularidad. Con el tiempo la atención se va apaciguando. A medida que el entrenamiento se hace regular, mejor aún, ya que se logra una mayor pacificación mental.

Cuando hay distracciones o mucha cantidad de información en la mente, concentrarnos en la respiración dos veces al día, una vez por la mañana y otra por la tarde. esto es muy bueno.

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