LA IMPERMANENCIA

La impermanencia es una característica obvia de nuestro cuerpo y nuestra mente. Cuando decimos que la mente es transitoria e impermanente ésto no tiene un significado negativo. Gracias a la transitoriedad podemos transformarnos, crecer y desarrollarnos.
Nuestras emociones negativas y sufrimientos cambian, no permanecen en la misma posición. La mente se transforma por nuestras acciones meritorias. 

 


Un punto que debemos destacar es que las experiencias del pasado no son reales; sólo son cosas que ha guardado la memoria. Sin embargo, la memoria las almacena como si fueran una cosa viva. Y, por eso, se producen las mismas emociones.


No conviene olvidar que una cosa es lo que realmente es y otra como lo consideramos o interpretamos.


Tanto el cuerpo como la mente están cambiando instante a instante.

En nuestro cuerpo físico todas sus partes, todas son transitorias e impermanentes. Nuestro cerebro, pulmones, músculos cambian.


Nuestros enemigos o amigos son impermanentes. Todo ésto con el tiempo cambiará. Las situaciones, las condiciones y circunstancias, también están sujetas al cambio.


                                       

En el ámbito de nuestra mente sucede lo mismo. Todo ha cambiado con respecto al pasado. Aunque las experiencias del pasado se han ido, la memoria las almacena como si existieran. En realidad ya no existen de forma objetiva.


Todas nuestras experiencias felices o dolorosas han pasado. Sólo son objetos de nuestra memoria.


Nuestro cuerpo físico también tiene esa naturaleza impermanente.


Los órganos internos, nuestra salud y energía, todo esto cambia. 


Nuestra mente es impermanente.


Nosotros mismos somos impermanentes.


Seamos conscientes ahora del estado de nuestros pensamientos. En cada momento los pensamientos van y vienen en el espacio de la mente.


Surgen y desaparecen en el espacio de la mente sin dejar huella.


Nuestros pensamientos sean positivos o negativos son insustanciales; son meramente factores mentales.



Al igual que un arco iris que surge en el cielo, los pensamientos y emociones aparecen en el espacio de la mente. Después, tanto el arco iris como los pensamientos se desvanecen sin dejar ninguna señal.


En cada instante los pensamientos surgen y desaparecen. Observad ésto.

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